Resumen: Oliver Twist (Charles Dickens)


                                            CAPÍTULOS 1 AL 7: 
Oliover Twist
Oliver Twist nace en el hospicio atendido por un cirujano y una enfermera alcohólica. Su madre muere en el parto y él es enviado a una sucursal del hospicio donde vive con otros niños al "cuidado" de una anciana. A la edad de nueve años el alguacil Sr. Bumble lo regresa al hospicio donde la Junta se propone educarlo y que aprenda un oficio. 

En el comedor los niños reciben "cada día tres raciones de gachas muy aguadas, más una cebolla dos veces por semana y medio panecillo los domingos". Un día Oliver muestra su rebeldía pidiendo doble ración y es llevado ante la Junta donde se profetiza que terminará en la horca.
Un cartel es puesto a las puertas del hospicio donde se ofrecen cinco libras a quien emplee a Oliver como aprendiz. 

El Sr. Sowerberry, empleado de pompas fúnebres, lo toma a su cargo. Esa noche recibe las sobras del perro y duerme entre los ataúdes. Recibe los malos tratos de Noé Claypole el ayudante, conoce las desdichas de los barrios más populosos y pobres y es testigo de varios enterramientos. Un día Noé decide insultarlo y molestarlo preguntándole por la condición de su madre. Al oír esto Oliver se enfurece y lo golpea hasta hacerlo caer al suelo. 

La Sra. Sowerberry y Carlota la sirvienta al oír el alboroto entran en acción y consiguen reducir y encerrar a Oliver en el sótano. Al no estar el Sr. Sowerberry en casa Noé va corriendo a avisar al Sr. Bumble que se sorprende cuando ve que Oliver no parece tenerle miedo. Finalmente llega Sowerberry y propina una paliza a Oliver que pasa el resto del día encerrado. A la mañana siguiente decide escapar de la casa y del pueblo. 

CAPÍTULOS 8 AL 15: 

Oliver pone rumbo a Londres. Después de siete días de camino conoce a un niño de su edad, Juan Dawkins, que le propone ir juntos a Londres, donde un anciano respetable le dará alojamiento y trabajo. Atraviesan la ciudad de noche por calles enfangadas y míseras y llegan a una casa donde Oliver conoce al anciano judío Fagin y a otros muchachos que beben y fuman como adultos. Después de beber un vaso con ginebra se duerme.

Oliver se asombra de la cantidad de pañuelos que cuelgan en la recámara y ve como "El Trampista" Dawkins y Carlos Bates traen de su jornada de trabajo dos carteras y más pañuelos. Luego presencia un extraño juego donde los muchachos tratan de quitarle al judío la tabaquera o el reloj sin que este se dé cuenta. 

Después de llevar mucho tiempo encerrado Oliver es mandado a la calle a trabajar con los chicos. Cuando ve como roban a un anciano lo comprende todo. Los muchachos salen corriendo, también Oliver, pero el anciano solo alcanza a ver a este último. Lo persiguen y es atrapado por la multitud. Un policía lo lleva a la comisaría donde es puesto a disposición del juez. El Sr. Brownlow, el hombre atracado, no está muy seguro de que haya sido el niño. Al final aparece un testigo y Oliver es declarado inocente. Bronwlow decide llevarlo a su casa donde recibe los cuidados de una dama y todos se percatan del gran parecido que tiene con uno de los retratos de una muchacha que hay en el cuarto. 

Los dos muchachos regresan a contarle a Fagin todo lo sucedido. Aparece Guillermo Sikes, otro cómplice del judío. Discuten que hay que tener cuidado por si los delatan y mandan a una de las muchachas que los acompañan, Anita, a la cárcel a por noticias. Ésta descubre que el caballero se lo llevó a su casa. El judío dice que hay que encontrar a Oliver como sea.

Mientras tanto ha llegado a casa de Brownlow su amigo el Sr. Grimwing que no confía en Oliver y como Brownlow tiene que pagarle unos libros al librero y devolverle otros propone mandar al muchacho. Grimwing apuesta que no volverá. Oliver en su camino a la librería toma una calle equivocada y de pronto se encuentra con Anita y Sikes que lo secuestran. En la casa los caballeros siguen esperando que regrese. 

CAPÍTULOS 16 AL 22: 

En casa del judío le quitan el dinero, los libros y el traje nuevo que llevaba. Intenta escapar, los ladrones lo atrapan de nuevo y Anita se pone de su parte.
El alguacil Bumble va a Londres y lee un cartel donde se piden noticias del paradero de Oliver a cambio de una recompensa. Va a ver a Brownlow y habla del muchacho sin decir nada bueno de él, así que el caballero decide que ya no quiere saber nada del niño. 

Éste pasa los días en soledad o acompañado de los ladrones que siguen intentando debilitar su voluntad para que se una a ellos. Fagin va a casa de Sikes y Anita a hablar de negocios. Sikes planea un robo a una casa pero necesita un niño para que pase por un agujero y abra la puerta. El judío propone a Oliver y aunque Sikes no está muy convencido acaba aceptando. Al otro día manda a Anita por el niño ya que se puso una vez de su parte y piensa le tendrá más confianza. Ana lo lleva a la casa y le dice que no puede hacer nada por él, que haga lo que le ordenen sin rechistar. Sikes lo acaba de convencer amenazándolo con una pistola y a la mañana siguiente emprenden el viaje. 

Oliver y Sikes viajan en diferentes carromatos hasta llegar a una casa aislada y ruinosa que parece deshabitada. Ahí los reciben los compinches de Sikes, preparan todo lo necesario y se dirigen a la casa indicada, saltan una tapia y rompen la cerradura. Oliver les suplica que lo dejen marchar y Sikes maldice al judío. 

Hacen pasar al muchacho por una ventana enrejada del lavadero y le ordenan que tome las llaves y abra la puerta. Éste está decidido a dar la voz de alarma pero antes de que pueda hacerlo aparecen dos hombres que le disparan. Lo hacen pasar de nuevo por la ventana y se dan cuenta de que está herido en un brazo. Los ladrones lo vendan y huyen cargándolo desmayado. 

CAPÍTULOS 23 AL 31: 

Mientras el Sr. Bumble y la Sra. Corney, directora del hospicio, coquetean aparece una anciana para avisar a la directora que la vieja Sara se muere pero que no quiere hacerlo sin antes comunicarle algo. La Sra. Corney va a verla y antes de morir le cuenta arrepentida que hace tiempo le robó a la madre de Oliver en su lecho de muerte una alhaja de oro que ella traía en el pecho. 

Un cómplice de Sikes llega a casa de Fagin y le cuenta como tuvieron que dejar a Oliver en una zanja, no se sabe si vivo o muerto, porque venían pisándoles los talones y luego se separaron. "¡Cada uno tiene que mirar por sí mismo cuando se trata de la horca!" El judío corre a la taberna "Los tullidos" que frecuenta Sikes y pregunta si saben algo de él. La respuesta es negativa. También pregunta de forma muy misteriosa por un tal Monks y le contestan que al rato debe aparecer por allí. 

Va a casa de Sikes a interrogar a Anita y cerciorarse de que nada sabe y luego regresa a su casa donde es interceptado por el tal Monks. Suben a la casa y discuten acaloradamente, el tema no es otro que Oliver Twist. Monks le reprocha al judío todo lo que ha pasado y su ineptitud para convertir a Oliver rápidamente en un raterillo, para que asiera lo atrapara pronto y fuera deportado del reino lo antes posible. De pronto Monks cree ver en la pared la sombra de una mujer que los espía. Fagin lo tranquiliza y se despiden.

Mientras tanto el Sr. Bumble y la Sra. Corney se prometen en matrimonio. Bumble va a la casa de pompas fúnebres y encuentra al ayudante Noé Claypole y a la sirvienta Carlota comiendo ostras y coqueteando. Por supuesto el alguacil pone el grito en el cielo y opina que se están perdiendo las buenas costumbres.

En el momento en que los ladrones abandonaron a Oliver en la zanja, sus perseguidores, los criados, tras una conversación en la que se cercioran de que todos están igualmente asustados, deciden regresar a la casa. Oliver despierta herido y débil, camina entre los campos cruzando cercas hasta que divisa una casa. Al llegar se da cuenta de que es la misma casa que habían intentado robar. Piensa en huir y al darse cuenta de que es absurdo llama a la puerta. Los sirvientes abren y se dan cuenta de que es uno de los ladrones. Las señoras de la casa ordenan que lo lleven a una habitación y vayan al pueblo a traer un alguacil y un médico.

Llega el Dr. Losberne que después de cerciorarse de que las damas están bien sube a ver al herido. Este parece estar recuperándose y cuando la Sra. Maylie y Rosa lo ven no pueden creer que este sea uno de los ladrones. Rosa le hace prometer a su tía que abogará en su favor y que no entregará al niño hasta que se demuestre su culpabilidad. Cuando Oliver se repone les narra todas sus penurias. El Dr. 

Los berne baja a preguntarles a los criados en presencia del alguacil si están seguros de que ese niño angelical es uno de los ladrones. En ese momento llaman a la puerta, es la policía que al parecer también fue avisada por los sirvientes. 

Después de husmear un rato y tomar unos tragos los policías suben a ver a Oliver. Losberne inventa una excusa para la herida, le quita las balas a la pistola del criado y finalmente todos acaban por convencerse de la inocencia del muchacho. Bajo los cuidados de las damas y el doctor el niño se restablece pronto.

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